Te sigues acercando correctamente a la línea esquiva de la
victoria, llegaste con pasos lentos,
pero dispuesto a saltar si es necesario.
Me has enseñado que no se crea en futuros, si no en presente y obtengo de ti la sonrisa
más cordial que he recibido en mucho tiempo.
No planeo hacer viajes
largos ni cortos contigo. Ahora solo
dibujo el calor o el frio que siento a tu lado en este divino hoy.
Me redescubres en cada palabra y susurro de
lengua entrecortada por el viento..
No quiero despertar de este mi sueño y aunque en una
encrucijada me has puesto, pienso digerirla y no dejar cabos sueltos.
Sueño que me quemas me
abrazas con los dedos. Pero aún es temprano para entrever tu juego.
Mientras sigo siendo peón de tu tablero, tu jugando a
ser el rey y yo hacerme el muerto.
Te sigues acercando poco a poco, a paso lento como suceden las cosas grandes, como suceden
los cuentos, con un alboroto inmenso en lo físico y lo interno.
Me das y me robas el aliento. Y te encasillas en mi tan
astuto y tan sereno que me das miedo y tiemblo.
Y tiemblo y tiemblo.
Pero con todo lo que dices de la vida de lo bueno, me dejo
guiar sin medida hacia ese mundo sincero, que propones tu brindarme sin miedo y
ningún apego.
Te dejo ser hoy mi amo, y mañana prefiero ser tu dueño, pero
mientras llegamos a tablas.
Te amorcidio hasta el infierno.
Porque es amor sin mediciones y es suicidio de este tiempo, en el que me das y me quitas, y me robas el
aliento.
Carolina Aristi.
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