Es el sonido del mar, es el parque con sus pequeños momentos de amor.
Son los miles de pájaros humanos jugando sobre mi.
Son los colores que se mezclan formando un arco iris de parapentes.
Es la mezcla de gentes, lenguas, risas. Solo para entender un par de palabras.
Son los niños que juegan, con sus murmullos, con sus sonrisas, con la capacidad de asombrarse por todo.
Son los deportistas, con sus cuerpos marcados, entrenando una y otra vez para alguna maratón que desconozco.
Son los ancianos, señalando hacia el horizonte; como si con ello, recordaran su pasado y las miles de travesuras que su piel aun recuerda.
Son los amigos celebrando, cumpleaños, amistades de años. Cantando canciones que los hacen felices.
Son los encuentros fortuitos con desconocidos e intercambio de sonrisas sin ningún costo.
Es la gente caminando lentamente sin preocupación alguna.
Es la tarde que brilla en el horizonte.
Son las parejas de enamorados, amantes, esposos o algún tipo de relación que en la tarde no importa,
Solo el sunset y el amor, el amor.
Son las mujeres bellas que te dan con una sonrisa, su agradecimiento por contemplar su belleza.
Son las familias compartiendo y comiendo. y comiendo.
Son los perritos jugando con sus dueños y no al revés.
Es el chico que vende los chocolates para pagar su carrera de chef,
Es el señor de sombrero que hace cometas y la vende, y las vuela, y lo disfruta.
Son los turistas montando bicicleta, son las palmeras bailando sensualmente con las brisa de las 5 de la tarde.
Es el sol que se esconde y no revela por donde, es el sabor a fruta en tu boca.
Son los niños rubios empujados en sus coches, por mujeres que se nota no son sus madres, pero que los aman, tal vez un poco mas.
Es el frío que llega sin avisar, un poco de aquí, un poco de allá,
Es por estas pocas razones que me encanta el malecón,
Por la vida que se construye, que crece, es aquí donde me inspira y me tienta a quedarme
una y otra vez contemplando la vida, que a veces no la vemos por nuestra rutina.
Estamos al medio del trafico, el strees insoportable y se nos olvida ver lo que la tarde nos trae.
Por eso de nuevo, te digo; ¿vamos al malecon?, que te parece, una hora, un día o toda la vida.
Autor: Carolina Aristi
(Aplica para todos los malecones del mundo, en especial el de LIMA.)
Escrito en 09-12-2016
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