Cuando veo en tus ojos el destello de pregunta me asusto…
De nuevo empieza el dilema de tratar, de buscar y de no
encontrar esa bendita palabra que tanto anhelas…
No tengo la culpa amor es que se me perdió un
día que viaje con otro hombre por un campo
lleno de maleza y fuertes vientos...
Yo la traía conmigo en un bolso azul estaba
marcada con sello de privado no tocar, lo recuerdo muy bien.
Pero cuando termino el viaje ya no estaba.
Ahora volví a ese lugar solo por ti, para buscarla,
para decírtela y ser feliz a tu lado, aunque es un lugar
oscuro y tenebroso entre por ti...
Llevo ya varias horas y nada...
He encontrado muchas. Ahí un “te pienso” al lado de una roca,
debajo del puente flota un “te extraño”.
Cuelga de un árbol un “te necesito”, y si no me equivoco
se vislumbra un “te adoro” en esa muralla...
pero amor, la que deseas no la veo, no está, ¿se la llevarían? o ¿se desborono?...
No hagas esa cara, ¡amor por favor!,
sabes que me siento mal…sabes que te quiero y seguiré
Buscándola hasta poder decírtela lo prometo…
Mejor ayúdame a encontrarla, dame una mano y caminemos juntos
por el prado cuatro ojos ven mejor que dos,
Dame tu amor, tu cariño, consiénteme como nadie lo ha hecho,
lléname de vida, de pasión. Abre con tus suaves manos este corazón
y si no se perdió en el bosque como pensé, si al contrario la encerré dentro y perdí la llave.
Tal vez lo hice por miedo a sufrir de nuevo,
pero amor, si tú me amas como dices,
tenme paciencia que pronto la podre decir, es mas la gritare en medio
de la calle solo para ti para los dos…
Y ya sin miedos ni temor alguno, te diré al oído una y mil veces lo que tanto deseas oír. Y la que tanto necesito decir, “TE AMO”.
Autor Carolina Aristi.
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