En
la frontera de los deseos, donde todo se vuelve realidad, me tocaste, existías
en lo más íntimo de mis sueños...
Te
apareciste y me enseñaste a pensar que si deseaba volar, solo tenía que
imaginarlo, que si deseaba nadar solo
tenía que imaginar el sentimiento de lograrlo...
En
la frontera de los deseos, apareciste y
en lluvia de plumas de diente de león se
pactó el destino que nunca imaginamos, tocar las estrellas con una sola mano...
En
la frontera de los deseos, marcada por agua sol y pavimento, sonrisas y anhelos salieron corriendo....
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