Se nota que las huellas
de la vida te han dejado marcada, mujer bonita, mujer
deseada.
Hay
huellas en tus ojos que muestran
la tristeza, de horas esperando a tus
hijos de regreso a casa.
Hay
huellas en tu boca que no pudo
alimentarse ni de amor, ni de palabras que
endulzaran tu alma.
Hay huellas en sus lóbulos, que parecen mostrar que nunca
les hablaron, ni animaron su esperanza.
Hay huellas en tu frente, huellas de trabajo, de sol, de
sueños reprimidos, de un futuro incierto.
Hay
huellas en tus manos que lavaron
mil camisas y cocinaron recetas para toda una vida.
Hay huellan en tu cuerpo que
amamantaron hijos, hijos buenos, hijos malos en total hijos
ajenos.
Hay huellas en tus amores que nunca fueron escuchados, que ni siquiera
preguntaron si querías ser amada.
Hay huellas en tus años y eso que solo
tienes 40, pero ya están las huellas malditas huellas
del tiempo.
Autor
Carolina Aristi.
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