RECORDE

La manera más sencilla de resumirlo es empezando a abrir el baúl de los recuerdos.
Allí se encontraba el pétalo perfecto, que tenía escrito ese "hola" inolvidable, sensible sereno, palpable, que dejaste en mi escritorio.
Mucho tiempo después pensé, que ese hola incesante invadía mi alma, cuando caminaba indiscutiblemente, encontraba en las hojas de los arboles más escritos inconclusos; quiero, tengo , sueño, deseo.. Palabras que no coordinaban entre sí, pero dejaban entrever algo de inspiración magnética .

Encontré también la servilleta, esa que dijiste; guárdala por favor, recuerdo ese café de sillitas doradas, hacia un frió terrible, tanto así que me prestaste tu gabardina con aroma a forajido. Y al salir de nuevo al mundo lo he percibido, en bancos, en parques, en vitrinas olvidadas, en los postes de la luz.

Sonreí sola, al ver la tarjeta que tal vez temblaste al escribir, la letra corrida aún se logra entender, que te embruje decía. Pero de qué manera me pregunto, ya que sigo siendo yo, la misma sin poderes ocultos que conociste, ni patas de rana, ni incienso, serian capas de mezclarse para dar ese amor tan puro que yo por ti sentí.

Y de pronto brillo la cadenita, jure haberla perdido en la gradería del partido, ese juego ilusorio donde te conocí, fue tanta la emoción de que me querías conocer que Dinna tiro tan fuerte y la vi caer , ahora que la encuentro aca brillando aun como por vez primera, no logro explicarme como llego a mi baul. Es un distractor mental el que se mete en este baúl, una copia mal hecha, un juego del destino quizas, o una equivocación de la mente, la que hace que piense que la había perdido, pero sigue acá intacta indisoluble. Con ese brillo marinado de colores purpura y verde...

Abrí ese baúl para recordar no lo que vivimos, si no lo que no tuvimos, los hijos que no llevaran nuestros apellidos, los lugares donde no nos abrazamos, las comidas que no disfrutamos juntos, la empresa que nunca formamos.
Recordé por que no estás conmigo, y aun así te empeñas en que no te olvide, recordé que eres ese pequeño terrón de azúcar que se derritió con el agua y ahora dejas todo impregnado,meloso y viscoso de ti, recordé porque te odie, te odio y te odiare.
Recordé que el tiempo es el amigo silencioso que te acompaña siempre para decirte que no estará más para ti un día.
Recordé a la maldita guerra que aún sigue acá y sin una visión clara de irse. Este baúl me dio a entender que toda una vida cabe acá y que un abrir y cerrar de un candado puedo saber cuánto me duele aun, saber que te fuiste no solo de mi vida, si no de la vida misma, cuando decidiste que el mundo sería mejor si ayudabas tú mismo a recuperar la fe en un país…

Para que me diste ese pétalo de un hola, si nunca me darías uno con un adiós. Recordé que los muertos no recuerdan y están seguros allí al otro lado, porque ustedes no tienen baúles de recuerdos…

RECORDE que te odie por morir….

autor: CAROLINA ARISTI