Y
me despido de ti, Santiago querido y
Dejo
a Neruda más vivo que nunca.
Me
llevo tu lluvia, tu gris tarde que me
Regalaste
para escribir...
Me
llevo tu sabor a vino tinto, tus silencios,
Tu
caminar pausado, tus inmensas calles
Tus
hermosos parques...
Santiago, fuiste mío un otoño,
Muy
poco tiempo para comprobar si eres
Para
mí o eres parte de un cuento.
Pero
mientras duro, tus besos frescos, me
Recuerdan
que estoy viva y que vuelo...
Santiago
mío, ahora mío y después de todos.
Conoces
mil voces, mil secretos, mil cuerpos,
Conoces
lo bueno, lo malo y lo feo, y aun así,
Sin
perturbarte, caminas lento…
Me
llevo tus orgasmos, tu piel envejecida,
Tu
aliento taciturno, me llevo tus recuerdos.
Ahora ya volando encima de tu cielo, mis
Lagrimas
brotan, pero son de alegría,
Gracias
mi Santiago, me hiciste más humana
Más
feliz y más yo misma, espero nos veamos
De
nuevo por la vida, caminando por la playa,
La
vereda o en Valdivia.
Autor
Carolina Aristi.
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